Puerto viejo Bilbao

A pocos kilómetros de Bilbao esta el puerto viejo
Un pueblo de pescadores, aparte del mar me gusta sus casa y su decoración
Nunca les damos importancia, parece que el pescado llega al mercado el solo
Pero ellos tienen una vida muy dura y llena de peligros

Este es mi homenaje a sus casa y sus barcos



   

Comentarios

  1. Hola, ciertamente la pesca es una tarea dura y arriesga, una labor que muchas veces, aunque la vemos ahí, se nos pasa desapercibida. Como si no quisiéramos reconocer su gran esfuerzo y dedicación y más bien quisiéramos relacionarlos con juegos de niños, pasatiempo, aventuras, vagancias etc.

    La pesca es un trabajo sobre todo muy arriesgado e incierto que merece la pena honrar. Ellos son menos visibles porque casi siempre se van a la mar y vuelven de manera silenciosa y desapercibida, más sin embargo, allí están entrando y saliendo de aquel gran y peligroso lago.

    Este trozo de poema, de mi autoría, quiero dedicarselo a tan esforzada comunidad: Se tira a la mar, frágil embarcación, algunas aterrizan, entre agua y arena, otras naufragan, me mata la pena, le oro al Señor, menciono al gobierno, al que la situación, no le importa un cuerno.


    Este poema de protesta está inspirado en nuestro sistema socio-político, ojalá en mi madre-patria no sea así. Quisiera dejarles el poema entero:


    El hambre aconseja,
    a la desesperación,
    el hombre se mueve,
    en revolución.

    Revoluciona su mente,
    adapta su vida,
    satisface su hambre,
    su conciencia está herida.

    Lo mira el vecino,
    lleno de ambición,
    se tira a lamar,
    frágil embarcación.

    Algunas aterrizan,
    entre agua y arena,
    otras naufragan,
    me mata la pena.

    Le oro al Señor,
    menciono al gobierno,
    al que la situación,
    no le importa un cuerno,

    No, no le importa nada.

    Viniendo un poco al momento, le quiero dejar este otro poema de protesta:

    Huyendo perseguidos,
    por el hambre y la miseria,
    Buscando en el horizonte,
    el destello de una estrella.

    Que les guíe al paraíso,
    donde reine la justicia.
    Donde la gente sepa amar,
    y aborrezca la malicia.

    Donde el vecino vea al vecino,
    como su hermano entrañable.
    Y con aquel que nunca ha visto,
    su comportamiento sea amable.

    Amable y despreciable,
    uno feo y otro bello,
    como tormenta en el mar,
    y en el horizonte un destello.

    Que da esperanza al náufrago,
    y al solitario un consuelo,
    De ver tiempos mejores,
    y volver a pisar suelo.

    Y volver a pisar suelo,
    y volver a pisar suelo.

    Bani, Republica Dominicana.

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